domingo, 7 de febrero de 2010

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Juegos Infantiles II : "Polis y Cacos"

El juego que vamos a recordar hoy estoy casi seguro que tiene medio millón de nombres diferentes y 3 millones de reglas en función del lugar donde se juegue. En este caso, como escribo yo os digo... "Pues en mi casa se juega así...".

Los recuerdos que tengo yo de este juego son sobre todo de haberlo disfrutado los veranos en el pueblo, durante el calorcito de las agradables noches toledanas. Necesitábamos mucha extensión de terreno, así que las calles y plazas del pueblo eran el lugar idóneo para el juego.

Lo primero y básico para comenzar, era buscar participantes, cuantos más niños mejor. Al final acababas trayendo a todos tus primos pequeños, tenían que hacer bulto, aunque siempre fuesen "huevito frito" (nomenclatura que usábamos nosotros para diferenciar a la persona que no se le podía "pillar"). Una vez reunidos los participantes, se solían elegir a los dos capitanes, normalmente los dos gallitos del grupo que además corrían como gacelas. Estos capitanes, por turnos, iban seleccionando a sus compañeros. En ese momento te dabas cuenta de tu nivel de popularidad entre tus compañeros, si eras elegido de los últimos... malo malo... debías, o ponerte a dieta para correr más o buscarte nuevos amigos.

Una vez elegidos los equipos se diferenciaban entre Polis y Cacos, como el propio nombre del juego indica. Aquí solía haber tortas porque todo el mundo quería ser caco. Mola mucho más siempre ir al margen de la ley, aunque sea en un juego de niños. Éramos muuuu chungos. Al final siempre saltaba el típico listo que gritaba: "nosotros los cacos" y salía corriendo. Nadie discutía esa decisión. Ahora me resulta raro cuando lo pienso.

El desarrollo era bastante sencillo y muy parecido a la realidad. El grupo de los polis intentaba dar caza a los niños del grupo de los cacos. Eso sí, por todo el pueblo. Muchas veces te podías pasar la noche entera dando vueltas por todas las calles sin ver a ninguno de tus amigos, era bastante frustrante. Cuando un caco era pillado por uno de los policías, le llevaban a la guarida oficial o centro provincial de policía, que normalmente solía ser una farola en el centro de la plaza. Los cacos allí retenidos se agarraban de la mano formando una fila esperando la salvación por parte de sus compañeros. Aquí había una regla que hacía pasar el rato entretenidos a los encarcelados y a sus vigilantes. Si el primer caco de la fila conseguía pisar a uno de los policías, se consideraba que estaban todos salvados y salía corriendo como locos descosíos en busca de libertad.

El juego tenía dos posibles finales. O se daba caza a todos los ladronzuelos o llegaba la hora de irse a casa. En este último caso siempre se quedaba alguno sin darse cuenta del final del juego dando vueltas por todo el pueblo... Muchas bajas en el frente....

De este juego podría escribir miles de entradas, pero creo que con esto nos quedamos bastante saciados. De recordarlo se me ha puesto toda la cara colorada y estoy bastante sofocado... ya no estoy para estos trotes.

2 comentarios:

Sunne dijo...

Huevito frito? jajajajajajjajajaja
Aqui en Cataluña es "azúcar" "yo soy de azúcar"!!!

Y el juego era "moros y cristianos", racistas que eramos.

Liliana Fuchs dijo...

Yo jugaba en el campo con mis primos (en verano llegábamos a ser un montón entre cercanos y lejanos) y también el juego era Polis y Cacos. A veces los cacos tenían que robar algo de la central de los polis, que debían protegerlo a la vez que pillar a los cacos.
Y el que no podía ser pillado era "palomita suelta"; no sé si es así en toda Murcia, pero en mi infancia sí :)

Qué recuerdos, genial el artículo.

 
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